martes, 8 de diciembre de 2015

Epifanía

Fue en Marzo del 2015 que tomé una de las decisiones que sin duda cambiarían mi vida por completo, haciéndome y dejándome ver cosas que muy dentro de nosotros tenemos y sabemos, pero lamentablemente el materialismo y la superficialidad de la sociedad no nos dejan ver.

Claramente en ese momento no sabía el impacto que iba a tener en mi, ni los sentimientos que se iban a desarrollar en lo más profundo de mi ser.

Así que en Mayo del 2015, tras dificultades de papeleos, emprendí mi viaje, iba a un nuevo mundo.
Soy Mexicana, nacida en una familia económicamente estable gracias a Dios, o a la fuerza que nos pone a todos en este lugar.  Nunca había viajado tan lejos de mi hogar, y pues claro, la India es lo mas lejos que puedo ir, ya que esta literalmente al otro lado del mundo; Y parece gracioso decirlo, pero toda esa distancia también marca demasiadas diferencias en ideologías, vestimentas, lenguaje, entre otras cosas, pero es impresionante como a pesar de todas las diferencias que tenemos con personas tan ajenos a nosotros, es cierto que hay un rincón en nuestra alma, donde es puro, donde somos honestos, donde se encuentran nuestros valores, donde no importa de donde venimos y cuando estamos todos en este sitio de nuestra alma, no existe ninguna diferencia entre nosotros.

Me encontraba realmente nerviosa, mis piernas temblaban y no lograba deshacerme del nudo en mi garganta. En el vuelo me escurrían las lagrimas, ya que sabia que se acercaba un viaje totalmente diferente a todos los que había tenido, pero también sabía que esas lagrimas eran de felicidad. 
Uno se logra conocer a si mismo cuando viaja solo, y a veces nos encontramos con partes de nosotros que desconocíamos, como superar diferentes circunstancias de las cuales nos creíamos incapaces, en otras palabras, nos subestimamos.

Llegue por fin después de casi 1 día entero en aviones a Delhi, India; La segunda ciudad más poblada después de Tokio, y me recibieron con un cartel de muy buen tamaño, la sensación de saber que ahí alguien esperando por ti es maravillosa, recuerdo que hacía un calor infernal, estábamos al rededor de los 43 grados centígrados, sentía como las gotas de sudor recorrían mi frente y mi espalda. Pero sentía también como una sonrisa se dibujaba por todo mi rostro, y no la podía esconder.

Llegue a la casa, donde una conocida de México también me aguardaba. Conocida en aquel entonces, ya que después de todo lo que vivimos, se podría decir que es mi hermanita; Me platico lo que habían echo y como se sentía, yo estaba ansiosa de experimentar y conocer todo lo que me esperada fuera de la casa en ese mágico lugar.

Por fin salimos a conocer templos, y lugares de interés, es inimaginable la cantidad de personas, vehículos, animales, entre otras cosas que están en la calle; Existe una contaminación impresionante, normalmente las calles no están pavimentadas, solo hay tierra, y todos los vehículos hacen sonar sus claxons en todo momento y sin razón alguna, lo cual me causaba mucha gracia, el calor parecía cada vez mayor, y yo parecía cada vez más alegre.

Las personas que estuvieron cerca de mi en estos días fueron realmente atentos, y creo que aumento el nivel de la experiencia gracias a ellos también.

Durante una semana estuve conociendo los al rededores de Delhi, así como la cultura que tienen en la India, y un poco de su idioma “hindi” del cual se decir 4 ó 5 palabras nada más.  Estuve viendo películas hechas en Bollywood, y escuchando su música, el fin de semana viaje a Agra donde esta el maravilloso taj majal, lo vi y me sentía en un sueño, es algo impresionante que siendo sincera, con palabras no podría explicar. Creo que fue uno de los días más calientes durante mi estancia en la India, pero nada detenía mis ganas por estar ahí, después de Agra visite Jaipur y claramente el fuerte de Amber donde di un increíble paseo en elefante.
Fue un viaje de ensueño, pero me encontraba ansiosa por regresar y conocer a las personas con las que iba a estar trabajando durante ese mes.
La estación de tren es algo realmente impactante, me asombró ver como la gente duerme ahí en la calidad con la que viven, existe una pobreza realmente grande, y no entiendo quien vela por los derechos de estar personas, personas buenas, que están a la espera de algo bueno, pero que en ocasiones es difícil mantener la esperanza, o querer seguir luchando por algo que vemos sumamente difícil.

Regresamos entonces a Delhi, a nuestro departamento mi compañera de aventuras Tania y yo, y nos reunimos con las otras personas que estaban en nuestra casa. Ellas ya llevaban más tiempo que nosotras en ese sitio y nos contaban de sus trabajos y lo que hacían en sus placements, y yo me volvía loca, ya quería conocer el mío.

Por fin llego el Martes 26 de Mayo del 2015, el Martes de hasta ahora más esperado en mi vida. Ese día las personas de la organización nos acompañaron hasta el lugar donde íbamos a trabajar para enseñarnos la ruta, la cual no era fácil.
Primero teníamos que tomar una bicicleta o como nosotras le llamábamos “el señor bici” ya que es un señor que adapta su bicicleta con una banca en la parte de atrás y una carpa para que no te de el sol, mientras vas sentado.
Tomábamos al “señor bici” y nos conducía hasta la estación del metro, en el metro aguardábamos 3 paradas y en Govindpuri nos bajábamos, siempre me hubiera gustado que el viaje en metro duraba más, ya que era de los únicos pocos lugares con aire que conocí; De ahí agarrábamos una especie de camión pequeño para unas 6 personas, modificado para que nos subiéramos unas 14 y este nos llevaba a nuestro destino. 
Abajo de estos camiones pequeños habían señores gitaneo “this one, this one” para que elijas subirte al suyo; Esto también me causaba mucha gracia, aunque yo siempre elegía subirme al mismo, ya que el señor “this one” aunque no lo supiera se había convertido en mi amigo, y me gustaba subir en su camión. Chocábamos unas dos o tres veces en cada trayecto, al principio esto me asustaba, después de algunos días me asombraba la ves que no chocáramos ni una sola ocasión.

Por fin llegamos a “ CHIRANJIJALASHIKSHASAMITI” que es el nombre de la escuela y sinceramente, desconozco el significado, no por que no lo haya preguntado, si no por que cuando lo preguntaba, no me entendían lo que trataba de preguntarles.
Eran fácil unos 40 niños acumulados, diciendo “good morning Mam”, abrazandome y llenando mis mejillas, y mis manos de besos. 
Sinceramente, por más que lo he intentado no puedo expresar la sensación, pero nunca en mi vida había sentido ni he vuelto a sentir algo que se le parezca.
Rápidamente nos presentamos y comenzamos a conocerlos, tras un par de días ya se habían convertido en probablemente los niños más importantes que he conocido en mi vida y que más he querido sin ser algún familiar. 
Todo lo que hacían, me parecía estupendo, hasta cuando me sacaban de mis casillas, o me sentía mal, nunca me dejaban sola, ni para ir al baño. (que esto en ocasiones también me sacaba de mis casillas)
No comprendía como me podía encariñar tan rápido de unos niños a los cuales no les entendía ni una cuarta parte de lo que me decían, y ellos a mi tampoco, evidentemente.

Me costo mucho tiempo comprender que me encariñe tanto porque su alma es noble, y realmente buena, que el amor que me ofrecían era puro y verdadero y, para conocer personas así en el mundo en el que vivimos es muy difícil.
Personas que dan todo por la gente que aman, incluso lo que no tienen, niños que me veían con cierta admiración con la que nadie antes me había visto. 
Fue en el momento en el que entendí que nos menospreciamos a nosotros mismos, competimos a diario para lograr un imperio, dinero y coches y la gente sienta admiración por nosotros cuando en realidad estamos profundamente equivocados y no nos damos cuenta que con el mas mínimo detalle de cariño existen personas que nos ven así, como un héroe.
Y no se porque me veían como un héroe si fue al revés, yo los veía a ellos como mis mini héroes, ellos llegaron a salvar una vida semi vacía que vive en una sociedad donde lo que importa es lo material.
Yo iba a enseñarles, pero en realidad ellos me enseñaron más de lo que yo les pude enseñar.
Existieron muchos días muy difíciles, días de enfermedades, o de no tener ganas, pero siempre había algo latente dentro de mi, que me hacia levantarme e ir al encuentro de estos pequeños monstruos que hacen mis días felices.

Recuerdo perfectamente un día y probablemente es una de las anécdotas que más cuento. Tania y yo nos encontrábamos sedientas y fuimos a un puesto a comprarnos una coca, dos pequeñas nos acompañaban, por lo cual les compramos una coca a cada una de ellas también; Ellas se rehusaban totalmente a aceptarlas pero nosotras insistimos, cuando llegamos de regreso a la escuela, las pequeñas les contaron a los profesores que les habíamos regalado unas cocas, y los profesores les dijeron que solo nos agradecieran y se las quedaran. Las dos pequeñas extasiadas con sus cocas, las abrieron y les pidieron a sus compañeros de la escuela que abrieran sus botellas de agua y les sirvieron a cada uno de ellos de sus cocas, quedando se ellas tan solo un poco.
Me dejaron una lección de vida que nunca se me va a olvidar, como dos niñas, pequeñas lo poco que tienen lo comparten y les da tanta alegría; Esas dos pequeñas dejaron de ser en ese momento pequeñas, y se convirtieron en enormes personas a las cuales admiro mórbidamente.

Tuvimos grandes experiencias, hicimos varios viajes, conocimos mucha gente, nos tomamos muchas fotos, tuvimos grandes momentos de diversión, pero nada se va a comparar a la satisfacción de estar muriendo de sed y calor en la escuela con estas personas tan grandes que hacían que yo al igual que ellos me convirtiera en una niña pequeña pero grande al mismo tiempo, que me abrieron los ojos y logré darme cuenta de lo que había perdido por tenerlos cerrados y no ver mucho más allá de apariencias y cosas físicas.

No me considero una persona realmente buena, ni madura, siempre cometo errores y a veces no se como remediarlos. 
Pero sé que en este viaje pude sacar lo mejor de mi, y deje gran parte de lo que en esencia soy.
Pensé cosas que nunca antes habían venido a mi mente, imagine también una nueva perspectiva de mi vida, deje lagrimas, enfermedad, pero lo mas importante, deje una parte de mi alma, esa parte que nos unifica y no existen diferencias entre unos y otros; Y lo más importante, aprendí que todos tenemos las mismas ganas de amar y ser amados.

El último día, los niños prepararon un baile sorpresa para nosotras, sabía que me tenía que ir, y que esto me iba a doler, mientras hacían su baile yo no podía evitar llorar, no se si lloraba porque ya no los iba a ver más o por la alegría de sentir que mi corazón y mi alma estaban transformandose gracias a estas personitas.
También veía como a ellos les dolía despedirse de nosotras, me llenaron de regalos, me dieron anillos, pulseras hermosas, imanes y cosas sorprendentes, que con frecuencia miro para sentir que están cerca de mi. 
Sé que van a crecer y que van a ser personas de mucho bien, tal vez para ellos no fue tan significativo que yo fuera, o tal vez si, pero a mi me hicieron un bien que nunca terminaría de agradecer.
Me encantaría algún día poder volver, verlos crecer y estar cerca de ellos para ser su acompañamiento y brindarles mi apoyo. Y se que algún día, los volveré a ver y me sentiré cada vez más orgullosa de esas personas que fueron parte de este trayecto de crecimiento y que yo también fui el cómplice del suyo.

Volví a México con deseos de seguir en Delhi, pero con aprendizajes muy enriquecedores, fue como si me hubieran dado nuevos ojos para agradecer y valorar cada segundo que tengo de vida, agradecer y valorar por mi hermosa familia, y por la grata experiencia que me traje.
Hoy, trato de luchar día a día contra de la sociedad que me vuelve a envolver en el mundo de superficialidad, ya que es muy difícil vivir en un entorno social donde existe una fuerte presión por las apariencias y no dejarte llevar. 
Pero cada ves que caigo, recuerdo todos los aprendizajes y trato de llevarlos a cabo.

Agradezco a volunteering solutions por hacer tanto trabajo y tan noble. Agradezco a mis padres también por darme la oportunidad de vivir esto, y sobre todo agradezco a la vida, por darme topes y ponerme trabas, para enseñarme lo que en verdad significa vivir.

Siempre he creído que el mundo cambia con ejemplos, no con opiniones, y que todo lo bueno empieza con un poco de miedo. 


Karen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario